Mens sana in corpore sano puede que sea una de las frases heredadas del latín más reproducidas, y es que razón no le falta.

Un cuerpo sano no solo se aprecia por fuera, sino que también hay que cuidarlo por dentro, y realizar ejercicio físico es una de las clave para que ambas partes estén en consonancia.

Según la OMS, al menos un 60% de la población en los países desarrollados y en vías de desarrollo sufren inactividad física. El sedentarismo es perjudicial para nuestro organismo y es considerado un problema de salud pública mundial. España es uno de los países europeos con mayor tasa de sedentarismo, según la European Heart Network.

Desde Equipo de la Torre os queremos ayudar también a cuidar de vuestra salud y mejorar día tras día con pequeños gestos.

A la hora de plantearnos realizar ejercicio, lo mejor es que siempre consultemos a un profesional para saber cuál es la actividad que mejor nos conviene según nuestros objetivos y cómo lograrlos.

Un mismo deporte o ejercicio, puede tener distintos efectos físicos en cada cuerpo, ya que no todos somos iguales a la hora de asimilar una actividad.

Una de las peores acciones que podemos hacer es realizar ejercicio sin control o sin una frecuencia establecida, ya que esto puede derivar en lesiones bastante graves para nuestra salud.

Los beneficios del deporte para nuestro cerebro, y salud en general, comienzan a verse tras una actividad constante y a lo largo del tiempo. Es decir, se produce si la llevamos a cabo al menos tres veces por semana y con un tiempo mínimo de 30 minutos, al cabo de unos meses.

Al igual que adquirimos ciertos beneficios cuando practicamos deporte, ocurre lo mismo cuando lo dejamos, y esos aportes positivos hacia nuestro cuerpo desaparecen.

La falta de ejercicio nos puede llevar a otros problemas físicos como obesidad, envejecimiento prematuro, osteoporosis o dolores de espalda.

 

3 beneficios de practicar deporte para nuestro cerebro

Mejora la función cognitiva y disminuye la degeneración neuronal

El deporte hace que mejoremos la secreción del factor neurotrófico cerebral. Esto hace que la vida de las neuronas sea más larga. Una de las zonas de nuestro cerebro que más se beneficia del deporte es el lóbulo frontal, donde se producen procesos cognitivos más complejos o funciones como la atención, la memoria de trabajo, etc.

3 beneficios de practicar deporte para nuestro cerebro

Mejora la función cognitiva y disminuye la degeneración neuronal

El deporte hace que mejoremos la secreción del factor neurotrófico cerebral. Esto hace que la vida de las neuronas sea más larga. Una de las zonas de nuestro cerebro que más se beneficia del deporte es el lóbulo frontal, donde se producen procesos cognitivos más complejos o funciones como la atención, la memoria de trabajo, etc.

En niños, esto hace que mejoren su rendimiento escolar, ya que tendrán una mayor capacidad de atención que otros niños que lleven una vida más sedentaria, entre otros beneficios.

A partir de los 30 años, comenzamos a perder volumen cerebral, lo que hace que lentamente vayamos perdiendo agilidad.

Hacer deporte hace que recuperemos parte de la materia gris que perdemos, entre un 1% y un 2%. Esto supone ‘rejuvenecer’ nuestro cerebro unos dos años.

Hay estudios que constatan que la práctica de deporte constante está relacionada con una mejor capacidad cerebral. El ejercicio físico ayuda a prevenir enfermedades degenerativas como el Alzheimer.

La actividad relacionada con ejercicios aeróbicos (correr, nadar, jugar al fútbol…) nos hace emplear la coordinación y ‘obligarnos’ a pensar, acciones fundamentales para ejercitar nuestro cerebro.

Mejora la autoestima

Cuando practicamos deporte, liberamos dopamina, serotonina y noradrenalina. Estas moléculas están implicadas en la regulación de nuestro estado anímico y de las emociones, por lo que con el ejercicio podemos prevenir y aliviar síntomas relacionados con el dolor como la depresión o la ansiedad. Por lo que podemos considerar que se trata de uno de los grandes beneficios del deporte para el cerebro, ya que obtenemos una imagen personal más positiva, a la vez que como mejoramos nuestra calidad de vida.

Favorece las relaciones sociales

A raíz del punto anterior, cuando tenemos una mayor autoestima, nuestra seguridad personal se ve también favorecida.

La práctica de deportes de equipo, por ejemplo, nos aportan actitudes que las podemos extrapolar a otros campos de nuestra vida como el trabajo en equipo, saber escuchar, respetar a nuestros compañeros.