Las distensiones ligamentosas en la espalda son bastantes frecuentes. Se trata de lesiones, comúnmente llamadas esguinces, que en muchos casos no requiere un tratamiento específico. Aunque no todas las lesiones son iguales, por lo general, la distensión ligamentosa en alguna zona de la columna se cura con el tiempo y no suele llevar más de tres o cuatro semanas de recuperación.

Estas tres o cuatro semanas es el tiempo biológico que normalmente necesita un ligamento para recuperarse. También es importante distinguir entre un esguince que una luxación. Si la lesión es tan importante que el ligamento se rompe total o parcialmente y deja de poder sujetar los huesos en su posición, se diagnostica una luxación.

En la primera lesión, en las distensiones ligamentosas, la posición de la articulación no varía. En la segunda, en la luxación, alguno de los huesos que conforma la articulación se desplaza, generando otras complicaciones clínicas.

Muchos esguinces de la espalda ocurren como consecuencia de traumatismos o accidentes. Otros, en cambio, forman parte de los síndromes mecánicos inespecíficos del raquis, asociados a la limitación de la movilidad y provocados por las posturas y los malos movimientos.

¿Cómo se produce una distensión ligamentosa?

cómo se produce una distensión ligamentosa

La mayoría de estas lesiones ocurren por forzar el límite máximo de movimiento de la articulación. Esto puede darse por movimientos bruscos y excesivos. El ligamento que mantiene unida la articulación se distiende o desgarra.

Algunos de los ejemplos más comunes que provocan este tipo de lesiones son, en primer lugar, los accidentes de tráfico y, en segundo lugar, ahora en verano, por lesiones no intencionadas, provocadas por saltos en piscinas u otros lugares no aptos para el baño. La combinación de movimientos extremos con fuerzas extremas puede desembocar en una distensión ligamentosa o luxación.

El ejercicio físico es uno de los mejores antídotos para rehabilitar las distensiones ligamentosas: una musculatura bien entrenada protege a los ligamentos. La columna cervical es la zona más propensa para estas lesiones. Es la parte más móvil y la que tiene una musculatura comparativamente menos potente.

Tratamientos y ejercicios para las distensiones ligamentosas

ejercicios para una distensión ligamentosa en la espalda

Tiempo atrás, los médicos recomendaban reposo absoluto para tratar una distensión ligamentosa de espalda. Sin embargo, se ha comprobado que es contraproducente para esta patología.

Los músculos que soportan la columna vertebral se dividen entre superficiales y profundos, e incluidos en ambos tipos, podemos encontrar músculos extensores (lo de la parte posterior de la columna, junto con los glúteos), los flexores (músculos abdominales, iliopsoas, etc.) y oblicuos (que son los músculos más laterales).

Para ejercitarlos es necesario una rutina que combine ejercicios de estabilidad y de fuerza en diferentes contextos y posiciones para fortalecer la espalda, ejercicios de flexibilidad y elongación para mantener siempre una buena salud de los mismos y ejercicio aeróbico (caminata, bicicleta, elíptica, etc.)

Si el dolor es intenso y persistente se debe visitar al fisioterapeuta que le hará una valoración y le prescribirá un plan ejercicio específico e individualizado, según la lesión, y le recomendará alguna terapia física, utilización de hielo o compresas frías (muy recomendable después de producirse la lesión) y/o calor (que ayuda en el corto plazo para calmar el dolor). Todo ello puede combinarse con terapia farmacológica, con antiflamatorios y relajantes musculares.