Es una frase tan hecha como verdadera: “el deporte es salud”. Está comprobado que el ejercicio es de vital importancia para el bienestar físico y psíquico de las personas. La práctica de la mayoría de las actividades físicas que se realiza de forma competitiva tiene, sin embargo, su riesgos. Muchas lesiones de espalda se producen haciendo deporte.

Son numerosas las disciplinas deportivas que ejercen presión y tensión en la columna vertebral. Por eso todo atleta, ya sea aficionado o profesional, debe mantener los músculos y los ligamentos que la soportan flexibles y fuertes. Una columna vertebral sana puede ayudar a prevenir muchas lesiones deportivas. 

Ningún deporte, a decir verdad, está exento de generar alguna lesión muscular en la espalda. Pero hay actividades que, por sus esfuerzos y movimientos, son más propensas que otras. El listado lo encabezan el levantamiento de peso, los deportes de vela, el baloncesto, el balonmano, el golf y la natación, entre otras. 

Levantamiento de peso 

levantamiento peso

Es una disciplina que afecta a la zona lumbar, por eso es recomendable protegerla con el uso de una faja. Las sobrecargas y los desgarros musculares son comunes en quienes practican esta actividad. 

Los levantadores de pesas están en riesgo de un tipo de fractura por sobrecarga en la espalda llamada espondilolisis.

Por eso, es preferible evitar los ejercicios de levantamiento de pesas que generan una tensión más intensa sobre la columna vertebral, como las cuclillas y el peso muerto.

Deportes de vela

Estas actividades marítimas favorecen las distensiones musculares y la hiperextensión de los ligamentos, que, en algunos casos, puede producir hiperlordosis, una curvatura excesiva de la columna vertebral en la espalda baja.

Esto ocurre por las posturas que se adoptan durante la navegación y el estrés mecánico que sufren los músculos de la espalda. Los sucesivos movimientos de rotación y lateralización son perjudiciales para esta zona. Otro ejemplo de  lesiones de espalda que se producen haciendo deporte.

Baloncesto y Balonmano 

Se trata de dos deportes caracterizados por los movimientos rápidos y repetitivos, por los saltos y la fuerza de contacto, de alta exigencia para los músculos de la espalda. 

Las lesiones de espalda más frecuentes en este caso son las sobrecargas musculares, especialmente en la zona lumbar, que obedecen a los numerosos movimientos de hiperextensión que se realizan a lo largo de un partido y que pueden asociarse a lesiones vertebrales.  

Golf

golf

Si bien aparenta ser un deporte inocuo y sin riesgos para ningún músculo, la práctica del golf puede generar lesiones en los discos. El peligro está en lo que se conoce como movimiento de swing, que implica una rotación asimétrica y con gran potencia de la espalda. 

Por eso son tan frecuentes las lesiones musculares en la espalda de quienes juegan al golf de manera aficionada. Las distensiones musculares y los esguinces en la zona lumbar son muy comunes en este deporte. 

Natación

natación

Otra disciplina que combina beneficios y riesgos para la salud de la espalda. La natación fortalece los músculos y ligamentos de brazos, tronco y piernas. No obstante, puede tensionar la columna en muchos de sus movimientos, como al mantener extendida y/o arqueada la región lumbar cuando se realizan brazadas sobre el estómago (estilo libre y braza o pecho).

También al girar el cuello hacia atrás cada vez que se coge aire, al zambullirse o en los virajes para cambiar de sentido. 

Sin embargo, hay veces que la lesión se da como consecuencia de patologías previas, como discopatías, espondiliolisis o malformaciones vertebrales

Otro factor a tener en cuenta es que la práctica frecuente de este deporte genera cambios físicos apreciables en la espalda, como hiperlordosis e hipercifosis (curvaturas aumentadas en la región cervical y dorsal), lo que abre la puerta a la aparición de distensiones y contracturas.