La vuelta a clase llegó y con ella vuelve también una de las actividades diarias que puede convertirse en causante de dolores y patologías crónicas en la espalda: la carga de la mochila.
Y es que el peso que se introduce en ella, la forma de colocarla en la espalda o la manera en que se levanta para ponerla en su lugar es muy importante a la hora de cuidar la columna.
Por eso hoy queremos darles algunos consejos a tener en cuenta no solo para los adultos sino también para los más pequeños de la casa, que vuelven al colegio cargados de ilusiones, pero también de libros, cuadernos y material escolar.
Lo dicen los especialistas: cuidado con el peso
Según un estudio realizado por el colegio de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid (CPFCM) en niños de 6 a 8 años, los escolares transportan en sus mochilas un peso muy superior al recomendado por los especialistas.
La norma es sencilla y sirve tanto para niños como para mayores: para evitar lesiones de espalda, no se debe cargar más de un 10% del propio peso. Por ejemplo, una persona que pese 65 kilos puede llevar en la espalda un máximo de 6,5 kilos.
Sin embargo, el mencionado estudio revela que el peso promedio que los escolares transportan en sus mochilas es de 5 kilos, cuando la media de peso entre los encuestados es de 29 kilos.
Además, el 28% de los padres encuestados afirma que su hijo se ha quejado en algún momento de sufrir dolor de espalda. ¿Las causas? En buena medida, una mala higiene postural, ya sea al levantarse de la cama, al coger peso, al sentarse en casa o el cole, o al cargar con la mochila del colegio.
Cómo llevar la mochila cuidando la columna
1. La carga de la mochila no debe superar el 10 a 15% del peso corporal, de acuerdo a la edad, constitución y estado físico de cada uno.
2. Usar ambas asas y no sólo una en uno de los hombros. Eso reparte equitativamente el peso.
3. El tiempo máximo de carga de la mochila no debería superar los 15 minutos.
4. La mochila ideal es aquella que descansa y se adapta a la curva de las vértebras dorsales y termina por encima de la zona lumbar unos 5 cm, evitando cargar dicha zona. Además, sus cintas deben ser anchas y acolchadas para que se acoplen bien al hombro.
5. Economizar el peso de la mochila. Esto se puede conseguir llevando sólo los libros y materiales que se vayan a utilizar, colocando los más grandes atrás y los pequeños delante. Si se lleva estuche, mejor uno pequeño de tela, más ligero, antes que uno metálico.
6. Al levantar la mochila, como cualquier otro peso, se debe hacer flexionando ambas rodillas.
7. Al llegar a casa, dejar la mochila en la mesa, en vez de en el suelo, para sacar las cosas que se vayan a necesitar. Al volver a coger la mochila es mejor hacerlo desde la mesa, acercándose de espaldas a la mochila para colocarse las dos asas, antes que agacharse para cogerla del suelo.
8. En la medida de lo posible, sustituir las mochilas de espalda por las que llevan ruedas. Este tipo de carrito se debe empujar con las dos manos para hacer menos esfuerzo y que no se desvíe hacia un lado. Al arrastrarlo, hacerlo con los hombros rectos, codos flexionados y lo más cerca posible del cuerpo.