La enfermedad de parkinson está actualmente en segundo lugar de las patologías neurodegenerativas con mayor incidencia en la sociedad española. La Sociedad Española de Neurología (SEN) estima que hoy en día hay más de 150.000 personas que sufren parkinson, una cifra que, según SEN, podría incluso triplicarse en 30 años por los avances que se han conseguido en lo referente a diagnóstico y terapias, así como por el incremento de la esperanza de vida.

Las cifras aportadas no son más concretas por la demora en el diagnóstico. De media, los pacientes que sufren esta enfermedad tardan en ser diagnosticados correctamente entre 1 y 3 años. Por ello, se calcula que más del 50% de los nuevos casos anuales están sin diagnosticar.

Hoy les hablamos de esta enfermedad, de sus causas y sus tratamientos.

Cómo se origina el parkinson

 

La enfermedad de parkinson es, en resumen, una enfermedad neurodegenerativa, crónica y progresiva. Esto significa que se trata de un tipo de patología en que las células del sistema nervioso central dejan de funcionar o mueren.

En el caso del parkinson, esa neurodegeneración provoca una reducción del número de neuronas que producen dopamina, un neurotransmisor que hay en muchas partes del cerebro y que es muy importante para la función motora del cuerpo.

Dopamina

Las funciones principales de la dopamina son varias: sentimiento de placer, la motivación, la coordinación de movimientos, la toma de decisiones o el aprendizaje, entre otras. Al descender los niveles de dopamina, se producen fallos motores.

A quienes afecta

 

Aunque se han identificado algunos casos de herencia genética en el desarrollo de la enfermedad, lo cierto es que la mayor parte de quienes sufren esta enfermedad no la han heredado.

Todavía no se han podido establecer los factores concretos que predisponen al desarrollo del parkinson, aunque sí se han establecido mutaciones genéticas que podrían explicar algunas formas de la enfermedad.

También se han establecido algunos factores de riesgo, como la edad, el sexo o la exposición determinados aspectos externos, como algunos tóxicos o haber sufrido traumatismos craneoencefálicos.

De acuerdo a los estudios del SEN, cerca de un 2% de los mayores de 65 años y un 4% en los mayores de 85 padecen párkinson en España. Sin embargo, existen también casos en los que la patología empieza a manifestarse en edades más tempranas. De hecho, cerca de un 15% de los casos actualmente diagnosticados en el país son de menores de 50 años.

Síntomas del parkinson

 

Por todos es conocido uno de los principales síntomas de esta enfermedad: los temblores en las manos, que son una representación directa de los fallos motores que genera la falta de dopamina en el organismo.

síntomas parkinson

Además de esos temblores, que suelen afectar también a la cara, los brazos, las piernas o la mandíbula, hay otros síntomas característicos:

  • Lentitud en los movimientos o bradicinesia: otra de las deficiencias motoras que genera la enfermedad tiene que ver con la ralentización de los movimientos, que complican la vida diaria de los pacientes.
  • Rigidez en los músculos, que puede darse en cualquier parte del cuerpo. 
  • Modificación en la postura y alteración del equilibrio: es habitual que la espalda empiece a encorvarse y que se produzcan complicaciones en el equilibrio.
  • Merma de movimientos inconscientes, como el parpadeo, la sonrisa o el movimiento de los brazos cuando se camina. 
  • Modificaciones en el habla, en lo que se refiere a volumen, contenido (insultos, dudas) o tono.
  • Complicaciones para escribir.

Sin embargo, los especialistas advierten de que, si bien las complicaciones motoras son las más características de la enfermedad, estas no se dan siempre en todos los casos y no siempre son los primeros síntomas en aparecer.

Cómo tratar el parkinson

 

Al tratarse de una enfermedad neurodegenerativa, el parkinson es actualmente una patología que no tiene cura. Sin embargo, hoy en día existen tratamientos basados en medicamentos que ayudan a paliar los síntomas.

En algunos casos puede recomendarse también una cirugía conocida como estimulación cerebral profunda. En esta intervención los neurocirujanos colocan electrodos en determinada parte del cerebro. 

Estos dispositivos están conectados a un generador que se implanta en el pecho del paciente y que envía unos impulsos eléctricos que reducen los síntomas del parkinson.